
Me corté el dedo con la mitad
De mi conciencia, con saliva de
Caballos ajenos, con una nave espacial
Que esta en la tierra. suspiré
Un minuto el aire manso y las revueltas
De unos labios me dijeron que no pude
Ser, que se acabó el inmenso, que estoy
De revés.
Me opaco al paso, como la sangre gris en
La palma de mi mano, Me vuelvo
pasado en un santiamén, saludo el árido
Calor que posee el metal, el insecable sudor
De mi ciudad mental.
Dos años en pena, la navidad me pisa los pies,
Dando vueltas sobre tu cabeza, mi dedo sangra
Limón y miel.
El viento se dejó matar por el agujero
Oscuro, una oscuridad que alumbra
La luz de muchas luces.
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